En el blog de César y después en YouTube, me he encontrado esta entrada que transcribo aquí tal cual las encontré.
Leed y escuchad atentamente:
¡No tiene desperdicio!
Ya cercana la Cuaresma, en estos días se celebran en toda España fiestas con motivo del Carnaval.
Lo habitual en los carnavales en España es ver personas disfrazadas de sacerdotes, obispos y religiosas, que se burlan de las personas consagradas, de la Iglesia Católica y de quienes creen en Dios. El carnaval de Cádiz es uno de los más importantes que se celebra en España y tiene como uno de los actos centrales un prestigioso festival de canciones irónicas denominadas "chirigotas" (coplillas recitativas que poseen unas formas musicales muy simples procedentes del pasodoble, la rumba, la sevillana y otros cantos populares) y en el cual compiten grupos que optan al premio con composiciones inéditas. Pero estas canciones destacan especialmente por sus letrillas, de carácter satírico-humorístico sobre la actualidad social.
Pues en esas letras también hay lugar para la fe y sobre cómo es percibido en nuestra sociedad en ocasiones el hecho de ser creyente… todo con un toque de humor crítico…
La agrupación "Los defensores de Luis" ha presentado una 'chirigota' en el carnaval de Cádiz 2011 titulada "Cada vez que digo que yo soy creyente". En ella sus componentes hacen una defensa de la dignidad de los creyentes y de su fe en Dios, que contrarresta los recientes ataques contra la religión católica ocurridos en España.
“Cada vez que digo que yo
soy creyente,
aparece algún valiente que
me juzga
con la voz cobarde del
intransigente
que surge siempre de la censura.
Esos que presumen ser
inteligentes
y van buscando su razón en
la incultura
porque no entienden que la
fe me haga más fuerte
que simplemente es un
invento de los curas,
que surge nada más,
que surge por el miedo
hacia la muerte.
Y a quién se ofende si le
doy gracias a Dios,
y a quien se ofende si le
pido protección,
que más me da quien me
comprende
si el creer me hace más
fuerte
y me hace ser mejor persona.
Si a Dios lo encuentro
solamente en el amor,
y no en las manos
indecentes
que se justifican si le
adoran,
y en las manos pederastas
ni de aquellos que mataran
ni juraran en su nombre.
Dios está en las manos del
que ayuda,
del que no pregunta nunca
y que perdona los errores.
Ese es el Dios que me
llena,
ese es el Dios que ilumina,
y si en el mismo día en
que me muera
compruebo de verdad que no
existiera,
la misma fe que muchos
tirarían,
si me hizo ser feliz toda
mi vida,
ya habrá valido la pena,
ya habrá valido la pena”.